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Retriever de Chesapeake

El retriever de Chesapeake o Chesapeake Bay Retriever es una raza relativamente reciente cuyo origen es incierto. La leyenda dice que George Law recibió dos perros de San Juan pequeños (Terranova Retriever que daría lugar al labrador) que sobrevivieron a un naufragio frente a la Bahía de Chesapeake en Maryland, EEUU, en 1807. Estos perros serían cruzados con retrievers de pelo rizado tipo spaniel de agua ingleses o irlandeses o quizá perros de nutria conformando esta raza. La American Kennel Club registró la raza en 1918 y fue declarado perro oficial de Maryland en 1964.

Es un perro cobrador muy eficiente y resistente tanto en tierra, como en agua. Su constitución es fuerte, siendo un perro equilibrado, poderoso, musculoso y con miembros y cuerpo de tamaño y longitud moderados. Su cabeza es ancha, con el cráneo amplio y redondo, el hocico marcado y los ojos ámbar. Sus orejas son medianas y caídas, mientras que la cola es ahusada y plumosa. Su doble pelaje consiste en una capa exterior corta, áspera y ondulada, que no rizada, y una interna muy densa, fina y lanuda que contiene abundantes aceites naturales. El color del manto es de distintos tonos de marrón, a menudo con manchas blancas en el pecho y pies. Este es un perro mediano, cuyo cuerpo es ligeramente más largo que alto. Los machos tienen una altura entre los 58 y los 66 cm a la cruz, y pesan entre 29,5 y 36,5 kg. Las hembras miden de 53 a 61 cm a la cruz y pesan entre 25 y 32 kg.

En términos generales, es un perro amigable, despierto, alegre, dinámico e inteligente. Aunque es afectuoso, también es un perro que protege a los suyos y puede llegar a ser reservado con los extraños, mostrando un mayor grado de agresividad que otras razas de perros retriever. Esta ventaja o desventaja, según se mire, ha favorecido que algunos Chesapeake bay retriever reciban adiestramiento en Schutzhund, como se puede observar en las fotografía del libro «Schutzhund theory and training methods», de Susan Barwig y Stewart Hilliard. Debido a su naturaleza cazadora y a diferencia de otros retriever, suele ser un perro territorial e independiente, por lo que su socialización desde cachorro es muy importante para evitar que se peleen con otros perros o que desarrollen conductas agresivas. No obstante, pese a tener una fuerte personalidad, los retriever de la bahía de Chesapeake pueden llegar a ser excelentes mascotas y tener una magnífica relación con su familia humana y con otros perros si están bien socializados.

Respecto a su cuidado no precisa muchas atenciones salvo aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita espacio, salidas diarias, ejercicio y actividad constante. Además conviene controlarle su dieta ya que tiende al sobrepeso. Por último, para el mantenimiento de su pelaje es necesario un cepillado regular cada dos días tanto para retirar los pelos muertos, como para prevenir problemas en la piel. Igualmente necesita ser bañado regularmente.

La displasia de cadera es una preocupación en la mayoría de los perros, incluidos los de Chesapeakes. Hay algunas otras enfermedades hereditarias que pueden afectar a la raza, pero afortunadamente existen pruebas que los criadores responsables utilizan para evaluarlas y seleccionar el ganado reproductor. Es importante que los criadores proporcionen la información de salud sobre el padre y la madre a cualquier persona interesada en obtener un cachorro. Al igual que con todas las razas, las orejas de un Chesapeake deben revisarse regularmente para detectar signos de infección y los dientes deben cepillarse con frecuencia, utilizando una pasta de dientes diseñada para perros.

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