Mastín Napolitano

El Mastín napolitano es una raza de perros originaria de Italia y descendiente del Moloso romano y de los perros mastín tibetano. Se cree que estos últimos fueron llevados a Grecia por Alejandro Magno hacia los años 300 A.C y luego se dio a conocer a los romanos, quienes los utilizaban en combates de circo. La historia de la raza va de la mano con la del imperio romano, pues tras su caída desapareció casi por completo, pero gracias a diversas medidas en 1946 la raza logró subsistir hasta la actualidad.
Es un perro de huesos descomunales, masivo e inspirador criado para su uso como guardia y defensor de la propiedad. Se caracteriza por tener piel suelta sobre todo su cuerpo, abundantes arrugas colgantes y pliegues en la cabeza y una voluminosa papada. La esencia del napolitano está en su apariencia bestial, su asombrosa cabeza e imponente tamaño y actitud. Debido a su estructura masiva, su movimiento característico es rodante y pesado.
Su pelaje puede ser de color gris, gris plomizo, negro, pardo, rojizo y rojizo subido, además, puede ser atigrado o poseer diversas manchas blancas en la zona del antepecho y la punta de sus dedos. Miden entre 70 a 80 cm y pesan entre 45 a 100 kg.
El mastín napolitano es un perro muy casero de temperamento firme, decidido, independiente, cauteloso y leal. Tiende a ser reservado y desconfiado con los extraños, pero puede convertirse en un perro muy sociable si es alentado desde cachorro. Es un perro tranquilo, que disfruta de una vida hogareña al lado de su familia y el cual disfruta de todo tipo de actividades al aire libre ya que necesita una buena dosis de actividad física diaria.
Debería funcionar bien con un alimento para perros de alta calidad, ya sea fabricado comercialmente o preparado en casa bajo la supervisión y aprobación de su veterinario (cualquier dieta debe ser apropiada para la edad del perro). Los criadores de mastines napolitanos experimentados recomiendan alimentos que sean ligeramente más altos en grasa y bajos en proteínas, especialmente cuando el perro es joven, ya que crecen muy rápido. No suplementar con calcio. El agua limpia y fresca debe estar disponible en todo momento.
Aunque no son los perros más activos, los mastines napolitanos necesitan paseos largos cada día y no se adaptan bien a la vida en departamentos reducidos. Necesitan un espacio mediano o grande para poder sentirse cómodos. Es muy recomendable que puedan disfrutar de un jardín amplio. No toleran bien las temperaturas elevadas, por lo que deben contar con un buen refugio con sombra. Es una raza de pelo corto, por lo que, en general, un baño de vez en cuando es todo lo que necesita. Los ojos y oídos deben revisarse y limpiarse suavemente cuando sea necesario con un paño húmedo o una toalla de papel.
Casi todos los problemas comunes a las grandes razas de perros están presentes en grandes cantidades entre los mastines napolitanos, incluyendo hinchazón, problemas de desarrollo esquelético y displasia de cadera. El problema de salud más común que se encuentra en esta raza es el ojo cereza, el cual se produce cuando el tercer párpado conocido como membrana nictitante se contrae y se hace visible. La membrana generalmente se hincha y se infecta. Esto hace que parezca que el perro tiene un tumor inflamado en el ojo. Como en esta membrana se produce una gran cantidad de rasgaduras en los perros, esta condición puede ocasionar sequedad ocular y otros problemas. La cirugía es la cura más común, y muchos aficionados al mastín napolitano insisten en que es la única forma de resolver el problema.
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