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Epilepsia

Así como conocemos esta enfermedad en humanos, también es frecuente en animales, la cual tienen muchas diferencias y similitudes y una de estas es que es controlable, con tratamientos y revisiones médicas frecuentes. Al darnos cuenta que nuestro canino sufre de epilepsia, la acción urgente es visitar al veterinario para hacer un estudio profunda y poder controlar la enfermedad, reduciendo la frecuencia e intensidad de los ataque que produce la epilepsia.

Esta enfermedad en los perros no debe tomarse a ligera y es súper importante, aunque a algunos perros son totalmente saludables pero en ocasiones produzca algunos ataques incontrolables. Es por ello que es recomendable las visitas frecuentes al veterinario, ya que mucho dueños de los caninos se guían por algunas historias de perros con dicho problemas, pero no todos los organismos de nuestras mascotas son iguales, cada canino tiene un diagnostico distinto, seguido de un tratamiento individualizado.

Esta enfermedad neurológica se manifiesta desde cachorro, entre los seis meses hasta los seis años de edad, las causas suelen ser algunas descargas electroquímicas en el cerebro del canino, por ello los ataques repentinos. No tiene nada de relación con una falta de vitamina, hormona, bacteria, virus o problema físico. Es hereditaria y algunas razas son más propensas que otras, como Cocker Spaniel, Beagles o Pastores Belgas, entre otras.

Esta se manifiesta con ataques producidos por descargas eléctricas en el cerebro de los caninos. Diferenciándose así en 3 etapas distintas:

  • Antes del ataque epiléptico (aura): el comportamiento del perro cambiará de forma sutil, pero perceptible. Se pondrá nervioso sin motivo aparente y puede que se muestre desorientado. En algunos casos, el perro temblará o incluso vomitará espuma de color blanco. Esta fase suele durar minutos, pero en algunos casos puede llegar a durar varias horas, o incluso días.
  • Durante el ataque epiléptico (ictal): el perro se pondrá rígido, se caerá y comenzará a sufrir convulsiones. Es muy frecuente que salive en abundancia, o incluso que se haga sus necesidades, ya que no podrá controlar el esfínter. En la mayor parte de los casos, el perro terminará por quedarse inconsciente.
  • Después del ataque epiléptico (posictal): el perro se mostrará aturdido, confundido y muy desorientado. Pueden aparecer toda clase de síntomas neurológicos como, por ejemplo, ceguera y sordera temporales.
  • Esta condición no tiene cura, pero si es controlable con medicamentos recetas por los veterinarios, no existe remedios caseros, no se le ocurra la idea de intentar medicar al perro por su cuenta.(Con información de Experto Animal)

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