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Depresión en perros

The American Society of Animal Behavior ha determinado que la depresión en perros existe y es mucho más frecuente de lo que creemos. Además, se manifiesta casi de la misma manera que la depresión en las personas: cambios de humor, falta de juegos, alteración en sus hábitos alimenticios, aislamiento, necesidad excesiva de cariños de su dueño o nula tolerancia del contacto, rabia considerable hacia otros animales de su misma especie incluso cuando en otras ocasiones se llevaba muy bien con otros perros, exceso de sueño, pérdida de peso u obesidad.

Ahora, ¿por qué se da la depresión en los perros?

En muchas ocasiones puede estar asociado a un problema de salud, o a enfermedades congénitas no diagnosticadas previamente; por eso es importante que acudas rápidamente a tu veterinario, expliques su conducta y se hagan los chequeos necesarios para determinar por qué tu perro se encuentra en ese estado.

Otras causas pueden estar determinadas por exceso de estrés en casa, que en el largo plazo van desarrollando en tu mascota una conducta aislada y temerosa. Una mudanza, un cambio de país, una modificación abrupta de sus rutinas, o la pérdida de su amo o de un ser humano o perruno muy cercano resultan ser unas de las causas más comunes de la depresión en perros.

Si tu perro está presentando conductas depresivas, lo que puedes hacer es:

  • Entregale tu amor y tus mimos: te necesitan. Sentirse apoyados. queridos y necesarios en nuestra vida los carga de energía y de felicidad. Regalale buenos momentos: paseos, juegos, snacks favoritos, comidas saludables pero ricas y acaricialo tanto como puedas. Ignorar a tu perro solo puede incrementar su tristeza.
  • Cuando se muestra feliz, enérgico, o genuinamente se encuentra emocionado por alguna actividad tal como lo hacía antes: ¡premialo! Demuéstrale que estás contento por su felicidad, y sentirá que su felicidad también te hace feliz a ti.
  • Aunque son necesarios los apapachos, hazle saber que tiene responsabilidades. Pararse, pasear y comer son conductas que deben estar normalizadas en su rutina y que debe cumplir. Hazlo de la mejor manera, los gritos o los golpes no serán la mejor opción, estimularlo y hacerlo querer cumplirlas lo acostumbraron a que no sean un compromiso, sino algo que genuinamente quieren hacer.
  • Si tu perro no se está mostrando agresivo con otros animales, tal vez puedas ayudarle llevando una mascota a casa. Un perro o gato le harán jugar, lo harán un poco más competitivo y celoso de su territorio y lo pueden ayudar a animarse.

    Lo ideal es evitar a toda costa llegar a fármacos antidepresivos que suelen incrementar la intensidad de estas conductas que no deseas, la ingesta de estos fármacos al final del día no son lo mejor para tu perro y no siempre termina en resultados positivos.

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