Broholmer

El Broholmer es una raza de mastín llegada a Dinamarca en la Alta Edad Media de la mano de los vikingos. Inicialmente estos mastines fueron usados para la caza mayor del ciervo en las llanuras de Jutlandia, Sjaeland y Escania. Posteriormente fue utilizado como perro guardián para grandes granjas y fincas nobiliarias. A fines del siglo XVIII el Conde Sehested de Broholm empezó a criar estos perros con criterios más selectivos. A finales del Siglo XIX la raza comenzaba a escasear sustituida por otros perros más versátiles. Como todas las demás razas de perros, cayó en el olvido durante las guerras mundiales, y prácticamente desapareció. Fue en la década de 1970 que una sociedad de aficionados daneses, con apoyo del Kennel Club de Dinamarca, reconstruyó y recuperó la raza. Hoy en día es una raza poco conocida que no goza de una fama mundial pero sí en su región de origen.
Es un perro de tipo molosoide de gran tamaño, rectangular, de construcción fuerte y movimiento enérgico. La cabeza es masiva y ancha, con el cráneo largo y plano, sostenida por un cuello fuerte con algo de piel suelta; el pecho es ancho y profundo y sus miembros anteriores son poderosos, mientras que en los traseros las rodillas están torneadas. Su cola es larga y en reposo cuelga hacia abajo en forma de sable. Respecto a su pelaje, este es corto, apretado y espeso, con una capa interna más gruesa. El color del manto es amarillo o rojo dorado, con máscara negra, y algunas veces negro. A menudo presenta marcas blancas en pecho, pies y punta de la cola. El estándar de tamaño es aproximadamente de 75 cm en los machos y 70 cm en las hembras. El peso de los machos está entre los 50 y 70 kg y, en las hembras, oscila entre los 40 y 60 kg.
Es un excelente guardián, ya que siempre está alerta y puede ser algo desconfiado de los extraños. Sin embargo, por norma general es muy tranquilo y amigable, que disfruta de la compañía de sus seres queridos y de la vida hogareña haciendo todo tipo de actividades al aire libre o en espacios grandes. Aunque no suele ser un perro agresivo sino más bien sereno, puede ser algo reservado con los extraños y muy territorial con otros perros. Por eso, es importante educarlo y socializarlo correctamente desde cachorro para alentarlo a relacionarse bien con las demás personas, los demás animales y su entorno.
El Broholmer es una raza fuerte y sana que no presenta problemas destacados de salud, ni de carácter congénito aunque no está exento de las típicas afecciones de las razas gigantes como la displasia de cadera, de codo, rótula y la torsión de estómago, entre otras. Conviene, además, revisarle sus orejas regularmente para prevenir infecciones y hongos debido a la humedad que allí se acumula. En el caso de ser un perro de trabajo o que realice muchas actividades en el campo es conveniente que se le practique una inspección periódica del pelaje, a fin de descubrir eventuales espigas clavadas, pulgas u otros parásitos en la piel o pelos. Especialmente deben revisársele las patas y la parte interna de las orejas. Atención a las garrapatas ya que pueden llegar a transmitir enfermedades como la babesiosis, la ehrlichiosis o la hepatozoonosis, entre otras.
Respecto a su cuidado no precisa muchas atenciones salvo aquellas veterinarias comunes a todos los perros. Para su equilibrio físico y emocional necesita espacio, salidas diarias, ejercicio y ocupación regular. Hay que controlar su alimentación, pues tienden al sobrepeso. Por último, respecto al mantenimiento de su pelaje es necesario que se le practique un cepillado regular para retirar los pelos muertos y mantenerlo sano y en buen aspecto.
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