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Galgo Afgano

El origen de esta raza se localiza en Afganistán, en el año 1000 a. C. Por aquel entonces se usaba como perro de caza, principalmente liebres, gacelas, chacales, lobos y venados. En el año 1880, cuando finalizó la guerra entre afganos y británicos, los oficiales del ejército británico se llevaron a sus hogares algunos de estos preciosos perros, pues les habían sorprendido sus dotes para la caza. En el 1920 llegó a Inglaterra, lugar donde tuvo tanto éxito, que fue reconocido por el club Kennel tan sólo seis años después.

El aspecto de esta raza es sencillamente espectacular y es que el galgo afgano es un perro alto, estilizado y elegante en sus movimientos. Destaca su manto largo y sedoso, que, cubriendo todo su cuerpo le permiten aislarse en los climas más fríos e inhóspitos. Pesa unos 27 kg y mide entre 68 y 73 cm. Sus ojos son oscuros, de color almendrado. Las orejas las tiene caídas, apoyadas sobre la cabeza. El hocico es alargado, con la nariz negra, y sus dientes muerden en forma de tijera. El cuerpo está protegido con una capa de pelo larga, sedosa y abundante que puede ser de cualquier color.

Se considera que el lebrel afgano es un perro algo independiente aunque no por ello deja de ser leal, dulce y cariñoso con su amo. Se trata de un perro valiente y enérgico el cual debe socializar correctamente desde su tierna juventud para potenciar sus cualidades. Normalmente son ejemplares tranquilos y amables, algo desconfiados con los extraños, aunque no agresivos ni hostiles. Es un perro que en un pasado fue pastor, corría por las montañas y guiaba a las ovejas. Por ese motivo es fácil deducir que se trata de un perro con altas necesidades de ejercicio físico, que en caso de no cumplirse pueden derivar en actitudes tímidas y nerviosas.

El mantenimiento del galgo afgano es exigente, constante y cuidadoso y es que necesita un cepillado muy regular (al menos 3 a la semana) y un baño mensual. Se adaptará bien a la vida dentro de una casa ya que evitará que la suciedad o los enredos aparezcan en su manto. Debería funcionar bien con un alimento para perros de alta calidad, ya sea fabricado comercialmente o preparado en casa con la supervisión y aprobación de su veterinario. Cualquier dieta debe ser apropiada para la edad del perro (cachorro, adulto o adulto mayor). Como sabuesos visuales, tienen un físico naturalmente esbelto, y sus huesos de la cadera sobresalientes son una característica única de la raza, no es una señal de bajo peso.

Dicho esto, son perros atléticos y activos, así que hay que tener en cuenta si está recibiendo suficiente nutrición para satisfacer sus necesidades. El agua limpia y fresca debe estar disponible en todo momento. Las caminatas cortas no proporcionan suficiente ejercicio para esta raza. Idealmente, un afgano debería tener la oportunidad de salir varias veces a la semana en un área grande y cerrada. Los afganos son altos, delgados y fuertes, lo que los convierte en excelentes saltadores, por lo que su área de ejercicio debe tener una cerca alta y segura.

En general es un perro bastante sano que se mantendrá correctamente si se siguen las pautas básicas como la vacunación, la desparasitación etc. Aun así y como cualquier perro de talla mediana/grande, el galgo afgano puede sufrir enfermedades tales como la malformación del codo o la displasia de cadera. Se puede intentar prevenir estos problemas no ejercitándolo en exceso, evitando que sufra sobrepeso y proporcionándole una zona cómoda de descanso. También es importante destacar que puede ser sensible a ciertos compuestos químicos o a determinados fármacos (cortisona, tranquilizantes y anestesia).(Con información de Mundo de Perros)

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