Weimaraner

Desarrollado a principios de 1800, el Weimaraner es un verdadero cachorro entre las razas de perros. La figura clave de los primeros años de la historia de Weimaraner fue el Gran Duque de Alemania Carlos Augusto, situado en la ciudad de Weimar. El duque, como tantos nobles europeos de la época, era un ávido deportista. Su sueño era desarrollar el perro de caza perfecto. En la búsqueda de esta ambición, se dice que cruzó sabuesos de sangre con varios perros de caza alemanes y franceses. El resultado fue el braco de Weimar, o Weimaraner.
El Braco de Weimar es un perro grande, con un peso de entre los 25 y los 45 kg y una altura a la cruz de entre los 55 y los 70 cm, siendo las hembras algo más pequeñas que los machos. El cuerpo es esbelto, fuerte y musculoso, protegido por una capa de pelo corto o largo, dependiendo de la variedad: si es en la variedad de pelo corto, la capa externa está bien pegada al cuerpo y es fuerte y tupida; en cambio, en la variedad de pelo largo la capa externa es larga y suave, con o sin lanilla interna. El color del pelaje es gris plateado, gris ciervo o gris ratón. La cabeza es más ancha en los machos que en las hembras, pero en ambos casos es armonioso. La nariz es de color carne, pero hacia la base se vuelve gris. Los ojos de los adultos son de color ámbar claro a oscuro, mientras que los de los cachorros son azules. Las orejas son anchas y colgantes. La cola es fuerte y sus patas también robustas. Su esperanza de vida es de 10 a 12 años.
Es un perro muy dinámico, curioso, inteligente y leal. Precisamente por este carácter tan positivo, el braco de Weimar es una de las razas más recomendadas para familias con niños mayores, familias jóvenes y personas, en general, con un ritmo de vida activo y estimulante. Algo importante a mencionar es que sus instintos cazadores son fuertes y salen a flote con facilidad. Rápidamente se notara su afición por los juegos de buscar y su fijación por los juguetes con sonido.
El pelaje del weimaraner, tanto de pelo corto como de pelo largo, es relativamente fácil de cuidar, ya que no requiere atenciones especiales. Sin embargo, es necesario el cepillado regular para retirar el pelo muerto y evitar enredos en la variedad de pelo largo. Solamente hay que bañar al perro con la frecuencia adecuada, entre uno y dos meses es lo habitual. La alimentación del Braco de Weimar debe de estar basada en carne. Como es carnívoro, no es aconsejable darle un alimento rico en cereales, ya que no puede digerirlos bien. Obviamente, tampoco le debe de faltar agua fresca y limpia, siempre a libre disposición. Dada su gran necesidad de ejercicio, el braco de Weimar no es un perro recomendado para vivir en apartamento, aunque puede acostumbrarse si recibe entre dos y tres paseos largos diariamente.
En caso de vivir en la ciudad, es también recomendable acudir con él al bosque para realizar excursiones. Las nuevas experiencias le proporcionarán la estimulación que necesita para mantenerse feliz. Por desgracia, todas las razas de perros grandes tienen predisposición a sufrir displasia de cadera e incluso torsión de estómago. No hay mucho que se pueda hacer para evitarlo, salvo llevarlo al veterinario para que lo examine como mínimo una vez al año y cumplir con las vacunas obligatorias de cada país. (Con información de Mundo de Perros)
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